Predicar tu nombre sin palabras.

Las formas de la nueva evangelización.


Hace unos días en una conversación sumamente rica espiritualmente con un compañero , entre cigarrillos y a la espera de otro compañero en la sala de un aeropuerto, llegábamos a la conclusión conjunta  de la imperante necesidad del cambio de forma en la predicación del evangelio y el apasionante horizonte de la nueva evangelización,  llegábamos a esta conclusión a causa de los motivos que aquí os quiero  contar:


1. El mensaje del evangelio con palabras exquisitas y sin obras se vuelve un concepto trillado de altruismo sin base alguna,  del cual la sociedad cree conocerlo de memoria conceptualmente y no le mueve más que ideas de lo que según estos conceptos es Jesucristo y la iglesia, muchas veces pretendemos cambiar la vida de los hombres con el mensaje evangélico repitiendo trilladas sentencias  como que de una clase del Instituto se tratara, predicando a un Jesús meramente histórico y queriendo que la conversión obedezca una serie de reglas exclusivamente  morales y encerradas en formas sumamente estéticas.

Este medio de evangelización reduce la conversión y la predica a una suma teológica moral, olvidando que la conversión del cristiano es un encuentro con una persona viva que cambia totalmente su existencia y colma sus deseos más profundos, no puede existir conversación real y auténtica si no hemos vivido la realidad del encuentro que cambia y transforma nuestra vida interna y externamente y por tanto si no hemos gustado de éste encuentro no podemos trasmitir algo que no conocemos.


2. La Iglesia no es una ONG ni podemos reducirla al estatus de oficina de ayuda social, el fin de los servicios que presta la iglesia (hospitales,escuelas, migración, inclusión social, etc) no los realizamos ni por dinero, ni por altruismo, ni mucho menos por monopolizar los problemas y retos de la sociedad de hoy.
Obramos convencidos de que nuestro trabajo es prédica viva del evangelio de los pobres, escuchamos, amamos, trabajamos, formamos y nos entregamos convencidos de que nuestro trabajo es una obra de Dios para vendar a un mundo tan herido como el nuestro  , no damos nuestro tiempo o mejor dicho nuestra vida por un fin ajeno a esto,  nuestro servicio es fruto del amor que hemos recibido de parte de Dios y más allá del bien social y el trabajo para mejorar la vida de los más pequeños de este mundo actuamos predicando con nuestra vida el evangelio de los pobres, amamos a todos y hemos de ser con nuestra acciones  espejos del amor de Dios en todos los hombres, amar sin distinción ni condiciones, como Cristo mismo nos ha amado a nosotros, sin la realidad del amor hecha vida ninguna de las instituciones educativas,sociales,científicas,etc. tendría cabida en la iglesia, sin amor no nos sirve exterminar la pobreza ni las injusticias en el mundo, Porque no nos movería la transparencia de servir con la experiencia  de Cristo hecho hombre que tocamos y conocemos.

3.
No podemos dejar a un lado el mandamiento de Dios (AMOR) para aferrarnos a la tradición de los hombres, esto sería un comprendió de la escena del evangelio de Marcos 7,1-13: (Este pueblo me honra con los labios,
pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me dan está vacío,
porque la doctrina que enseñan
son preceptos humanos”.
Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres».) El cristiano no puede vivir en las superficies (de la ley, de la piedad, de los signos, de la oración,etc ) ha de bajar a las profundidades del amor para discernir sus acciones a la hora de dar respuestas a las necesidades de los tiempos, especialmente hoy en estos momentos de purificación para la iglesia hemos de vivir deseando imitar en todo a Cristo
 al Cristo histórico(que desafía a las autoridades de su tiempo por la hipocresía de la falsa piedad), al Cristo plenamente humano( que llora por su amigo y siente compasión por las miserias materiales  y espirituales de su pueblo, que defiende con misericordia a la mujer adúltera y sin condiciones premonitorias le ofrece el perdón, que enseña como maestro y sufraga el hambre material de sus discípulos como padre), y al Jesús divino, Dios hecho hombre, creador hecho criatura, Rey eterno que quiso ser servidor terreno, víctima de reconciliación que por amor se sigue encarnando en un pedazo de pan y baja a la tierra por las manos de hombres de débil materia  .

Hemos de volver a fijar nuestros ojos y configurar nuestros corazones en Jesús, sólo conociéndole entenderemos la transformación del mundo a través de su amor como reto de la nueva evangelización, nuestras armas han de ser el amor y la misericordia, pues de esta palabra nacerá un mundo nuevo donde serviremos siendo espejos del amor de Dios en la vida de todas las criaturas, soldados de Cristo bajo la bandera de la cruz, En palabras más sencillas soldados del amor .

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