Padre nuestro que estas en el hombre.
Que llegue tu reino,
por la vida de los pobres,
por las lágrimas de la viuda,
por las manos del obrero.
Padre nuestro señor del perdón,
que llegue tu reino,
por el esfuerzo de tus hijos,
por las manos del sacerdote,
por la vida oculta del que ora.
Que llegue tu Reino,
en nuestras fatigas,
en el oprimido que busca libertad,
en el corazón que desea amar,
en lo ordinario de nuestras jornadas.
Que llegue tu Reino,
en las necesidades de nuestros tiempos
que exigen respuestas
y resonancia de tu amor .
Que sea santificado tu nombre,
en la alegría de ser convocados,
en el amor de tu esposa la Iglesia,
en la certeza del anuncio de tu perdón,
en los brazos siempre abiertos del crucificado.
Que se haga tú voluntad,
en las desolaciones,
en el abandono de Getsemaní,
en el silencio purificador,
en la oscuridad del camino,
en la pobreza de la materia de la cual nos creaste,
Sácianos hoy con el pan de la eucaristía,
con el alimento de tu amor,
con la fuerza de tu palabra,
sácianos del deseo ardiente de compartir tu pan a los pobres,
sácianos de ganas de trabajar por tu causa.
Perdónanos para poder perdonar nosotros desde ti,
no nos dejes caer en la falta de amor,
en la frialdad del mundo,
en la piedad del fariseísmo,
en la resignación ante las injusticias.
Y líbranos siempre de nosotros mismos,
libres de nosotros para ser libres en ti.
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