Redes sociales y política.
Redes sociales y política.
En medio de crisis Sociales en la que se ponen en juego nuestro ideales y valores morales nos enfrentamos a salir a la guerra con poderosas armas de comunicación que nos ofrece la sociedad de hoy ,sin saber usarlas y olvidando por completo el alto grado de alcancé que conlleva una opinión mal intencionada cuando se hace de alcancé internacional con las herramientas de redes sociales .
Durante mis años he vivido en diferentes partes del mundo y cada vez me resulta increíble el alcance de las tecnologías como herramientas de la comunicación en estos últimos 10 años , resulta realmente inconcebible realizar nuestras vidas ordinarias o nuestros trabajos sin las ventajas de la comunicación virtual pero cuando el privilegio de que cualquiera pueda opinar con libertad se vuelve una peligrosa arma de alcancés inimaginables en el siglo de las redes sociales ?
El uso ha llegado a hacerse tan frecuente que incluso se ha hablado en muchos medios de la aparición de nuevas patologías: adicción, insomnios, aislamiento social, etc... Paradójicamente, Internet y las redes sociales –las herramientas de comunicación integral del siglo XXI– han supuesto para ciertas personas un desorden existencial y la fuente de graves problemas de incomunicación.
Pero centrémonos en el aspecto político. Las redes sociales han cambiado la forma de hacer política y uno de los primeros en haberlo entendido es el actual presidente estadounidense.
En medio de crisis Sociales en la que se ponen en juego nuestro ideales y valores morales nos enfrentamos a salir a la guerra con poderosas armas de comunicación que nos ofrece la sociedad de hoy ,sin saber usarlas y olvidando por completo el alto grado de alcancé que conlleva una opinión mal intencionada cuando se hace de alcancé internacional con las herramientas de redes sociales .
Durante mis años he vivido en diferentes partes del mundo y cada vez me resulta increíble el alcance de las tecnologías como herramientas de la comunicación en estos últimos 10 años , resulta realmente inconcebible realizar nuestras vidas ordinarias o nuestros trabajos sin las ventajas de la comunicación virtual pero cuando el privilegio de que cualquiera pueda opinar con libertad se vuelve una peligrosa arma de alcancés inimaginables en el siglo de las redes sociales ?
El uso ha llegado a hacerse tan frecuente que incluso se ha hablado en muchos medios de la aparición de nuevas patologías: adicción, insomnios, aislamiento social, etc... Paradójicamente, Internet y las redes sociales –las herramientas de comunicación integral del siglo XXI– han supuesto para ciertas personas un desorden existencial y la fuente de graves problemas de incomunicación.
Pero centrémonos en el aspecto político. Las redes sociales han cambiado la forma de hacer política y uno de los primeros en haberlo entendido es el actual presidente estadounidense.
Siguiendo el ejemplo del presidente norteamericano, las redes se han convertido en una herramienta elemental para la comunicación política pero, no tanto para difundir un mensaje, sino más bien para evaluar la popularidad de la personalidad pública. Mientras más elevada sea la cifra de seguidores o amigos, más impacto tiene el político en el votante y en los medios de comunicación.
Esa obsesión por la popularidad ha provocado que muchos equipos de campaña en Estados Unidos hagan todo lo posible (e imposible) para ganar seguidores. De hecho, existen diversas quejas sobre prácticas fraudulentas para incrementar ese número y así parecer más influyentes ante los ojos de la opinión pública.
Pero un caso más interesante sobre el uso de Internet se observa en Colombia y Venezuela, donde el monólogo –a veces desentonado- de algunos dirigentes (como Álvaro Uribe o el fallecido Hugo Chávez ) impiden que los debates se centren en las soluciones y se orienten más hacia las polémicas marginales. De esta manera, se genera un ruido innecesario que desorienta a la opinión pública e invisibiliza a los candidatos políticos que tienen alternativas constructivas.
Todos estos ejemplos evidencian la existencia de estrategias en las redes sociales para la construcción de una imagen y la desorientación de la opinión pública. Muchas veces, no es el mensaje lo que prevalece, sino una desmedida ciberpresencia.
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